Crecimiento personal

Nuestras familias llenas de amor

Ve y abraza a todos los miembros de tu familia, diles que los amas, escríbeles un mensaje. Recuérdales lo importantes que son para ti. Si no los amas, comienza a trabajar en ese vínculo.
Quiero que comencemos a trabajar en nuestro crecimiento desde todos los ámbitos, uno de estos es la familia. Así que empecemos a sanar y a vivir en amor con todos los seres de nuestro alrededor.
La familia que hoy tienes no es un resultado aleatorio, ni gratuito, es parte de un plan perfecto en el que cada una de esas personas viene a co-aprender contigo, a sanar, a crear.  La verdad es que las personas que hoy están a tu alrededor no las conociste en esta vida y aunque no lo recuerdes este es solo un reencuentro de nuestras almas.
La mayoría de veces hemos tenido relaciones tormentosas, violentas o conflictivas con quienes hoy les decimos familia. Así que a eso vinimos a sanar todo ese daño que nos causamos antes y esto lo hacemos desde el amor, que es la fuerza más fuerte del mundo.
Es importante tener claro que este no es un proceso tan simple. Alguna vez mi guía dijo que mi familia era como un bulto de anzuelos donde cada uno hala para un lado y afecta al otro. Hoy creo que no es solo mi familia, que todas las familias funcionan así, solo que algunas tienen nudos más enredados y complicados. Entonces, hay que ir desenredando con paciencia para mejorar y permitir que todas nuestras almas crezcan en consciencia, disminuyendo el karma familiar e individual.
La familia, es un núcleo, es una semilla, es donde comenzamos a construir; por tanto, nuestra primera escuela. Ahí adquirimos comportamientos, creencias, pensamientos, valores y todo tipo de herramientas para nuestro desarrollo.  Es el espacio en el que nos encargamos de construir amor, respeto, comprensión y sobre todo donde aprendemos a compartir.
Según nuestra cultura la familia suele comportarse de una manera jerárquica, donde todo se hereda, la autoridad, la verdad, las decisiones importantes vienen desde arriba. Sin embargo, hoy considero que después de un proceso de aprendizaje en el que desarrollemos nuestra personalidad, ese esquema debería cambiar y convertirse en un círculo, al cual todos pueden aportar, así sería mucho más fácil construir y los menores de la casa podrían aportar mucho más.
La mayoría de veces el menor es el que menos voz tiene pues siempre es visto como el más pequeño, esto suele ser solo en edad, porque en muchas familias el menor es el alma más avanzada y viene a llenar de luz y cambiar patrones de comportamiento en la familia.
Cambiar patrones no es sencillo, pues siempre vemos los procesos de manera muy terrenal y pensamos solo en nuestro cuerpo físico, pero cuando elegimos nuestra familia aseguramos algunas características especiales, una de estas es que las almas vibren en un nivel parecido, es decir que dejamos de lado lo terrenal y entendemos que vamos a cumplir un propósito mucho más grande y profundo.
Evolucionar y encontrar nuestro propio ser, es un proceso individual pero compartido. Individual pues las decisiones son nuestras y el camino lo vamos “creando” nosotros, sin embargo, nuestro alrededor suele tener inferencia en nuestros procesos, es por esto por lo que aprendimos a compartir, permitiéndonos crecer con el otro, sanar cosas de vidas pasadas, crear nuevas cosas.

Solemos tener tres tipos de relaciones una en la cual el miedo reina desde las dos partes, la otra en la que una persona vibra en odio y otra en amor; y la que deberíamos intentar alcanzar todos que es cuando ambas partes vibran en amor de manera consciente. Cuando esta ultima sucede nuestra alma da un pasito más en su propósito, algo así como cuando pasamos una misión en un videojuego.

Muchas veces somos la parte que vibramos en amor y no sabemos cómo hacer para que la otra parte cambie, sane su mente y su corazón. Yo te voy a contar lo que a mi me ha funcionado y ha permitido que mi familia realmente cambie.

Lo primero es que no peleo, si estoy muy muy molesta me retiro; si considero que la pelea no es necesaria guardo silencio; si realmente no estoy de acuerdo, pero sé que me puedo mantener hablo con amor y calma. Así no me desequilibrio yo, ni aporto a que los demás se afecten. Recuerden cuando les decía piensa en los sentimientos bajos que tuviste en el día, ¿son realmente necesarios? Ahora no va a ser en el día vas a hacer esta actividad en cada momento de verdad, te vas a cuestionar si: ¿eso aporta o destruye? Dejaras ir lo que no sea necesario.
Lo segundo y creo que es lo que más funciona es todo el tiempo ser consciente de vibrar en amor, en paz, en tranquilidad, en felicidad. La gente lo nota y ven los cambios en ti y eso automáticamente hace cambios en ellos, hace que se abran más contigo, que encuentren calma y que te vean como un punto de sentimientos positivos. Conozco otras personas que practican esta opción y también les ha funcionado mucho.
La tercera es que mando a mi ángel de la guarda a hablar con el de esa persona y apaciguarlo para que entré en un estado de paz.
Y la última que la amo en este momento, es que aprendí a abrir mi corazón con mi familia. No les cuento todo o los creo mis amigos, pero entendí que mi proceso también puede ser el de ellos, que, así como ellos me aportaron y a mis 23 años tengo muchas infundadas, ellos también podían comenzar a recibir. Conté mi proceso y lo hablo abiertamente, es raro pero la espiritualidad sí cambia cosas, en quien decide seguir el camino real de su alma y en el de las personas que lo acompañan.

Mi familia realmente vibra diferente, se los cuento desde la experiencia. No les diré que somos la familia ideal porque todavía nos queda mucho camino, pero puedo decirles que estamos en un mismo lugar y ahora lo disfrutamos, algo que hace unos años sería impensable. Soy capaz de decirle “te amo” a cualquier miembro sin dolor alguno o sin sentirme presionada, aprendí a valorar mi tiempo con ellos.

Quiero que todos llenen su familia de amor, nuestro hogar es el lugar en el que nos regocijamos, nos escondemos, nos llenamos de fuerza, lloramos, reímos y todo lo que se les pueda ocurrir. Si nuestro hogar no está en amor, será muy difícil que nosotros logremos vibrar así pues tendremos cerca todo los sentimientos bajos y nuestra fuerza disminuirá.
¡Anímate a comenzar a trabajar con tu familia!
Llena tu vida de amor por todos lados.

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