Crecimiento personal

Confía, confía, confía

Compartiré mi primera lección del año, se los juro que hoy me la gritaron por todos lados. Es por esto que decidí cambiar la nota a ultima hora y acá estoy compartiéndoles en tiempo real este mensaje tan lindo.

No saben cuantas veces en la vida he recibido un “no” como respuesta, estoy segura de que ustedes también han recibido miles, sin embargo, los “no” que me han dado este año me han dado durisimo y mi única pregunta es “para qué”.

Con cada “no” ha venido un “confía”. Desde diferentes lados me llega la palabra, si estoy en Instagram veo una publicidad que dice “confía, confía, confía”, si decido escuchar un podcast de cualquier tema termino en un entrenamiento de confianza en el plan divino y cuando hablo con mis amigos me dicen “confía que esto es gigante”, hasta la publicidad en la calle me dice confía; pero como buena humana que soy me resistía a entender qué era eso de confiar, lo tome como algo pequeño y en esas cosas soy buena diría que hasta “extremadamente confiada”, pero en el macro definitivamente estaba fallando.

Confiar definitivamente es un acto de fe, es un tema que necesariamente va más allá de la mente, en especial porque nuestra mente siempre nos dirá que todo lo estamos haciendo mal y que controlemos absolutamente todo, es parte de nuestro ego y nuestro reto más alto es combatir al ego.

Mi leeción

La lección del día para mi fue entender que confiar es vivir, no entender o planear; simplemente vivir. Cuando hacemos eso soltamos al universo todo y dejamos que el actúe en nosotros y no nosotros en él.

Lo primero que tenemos que tener claro es que confiar implica aceptar lo que nos gusta y lo que no, es abrazar lo bueno, lo malo y agradecer por ello. Recordemos que al fin y al cabo no hay nada bueno y malo, nosotros somos quienes atribuimos a la situación esa etiqueta y lo asumimos de esa manera.

Lo segundo es entender que la confianza implica que el universo es perfecto, que todo tiene un plan divino y lo que este pasando ahorita es una situación para un tema superior que necesita de evolución. Confiar no es sencillo porque hay que reducir el ego, controlar la mente y asumir que la vida es perfecta en su esencia.

Confiar es mágico porque ahí entiendes que no sucede lo que tu querías porque probablemente no había sincronía entre lo que tú querías este momento de la vida, lo que tú eres, tus proyectos futuros, etc. Que muchas veces queremos algo, pero definitivamente no es lo que necesitamos y ahí llega el momento de aprender a escuchar nuestra divinidad para que nos guie a lo que necesitamos y dejemos de querer tanto.

Confía, vive. Cuando te dientas perdido ora, te aseguro que ahí encontrarás el camino.

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