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Sintonicemos en abundancia

En este camino se me han atravesado muchas enseñanzas que lentamente he ido interiorizando a tal punto de entenderlas y ser capaz de darle al mundo un poco de eso que ahora es mío. Hoy estoy segura de que este es uno de los temas más importantes, nos mueve todo el tiempo y confío que darte este mensaje ayudará que tu vida fluya mejor.
Antes cuando alguien me hablaba de abundancia tenía algunos pensamientos repetitivos. El primero la abundancia es dinero, el segundo -me van a poner a leer un libro de autoayuda o superación personal-, y el tercero -me van a vender una red de mercadeo-.
Hoy esos tres pensamientos no existen. Entendí el significado de abundancia, es mucho más grande que el dinero y ahorita lo explicaré. Después me di cuenta de que a la fecha no he leído ningún libro de autoayuda o superación personal para poderles decir lo que les diré, mi conocimiento no viene de ahí. Por último, estoy completamente segura quienes venden redes de mercadeo desde la abundancia no tienen ni idea de qué están hablando.
La naturaleza del Universo es abundante, si, así como lo lees. La abundancia es ilimitada, es tan grande como tú la quieras, la reclames y la merezcas.
Abundancia: estado del ser, tener todo lo que queremos.
Esa es la definición con la que espero de acá en adelante nos movamos. Al ser un estado del ser nos permite entender que es a nivel interno, lo externo será solo una muestra de lo que tenemos en nuestra alma.
Tenemos un derecho natural a la abundancia; rara vez notamos que la abundancia está en todo, absolutamente todo, en lo más grande y lo más pequeño que nos ofrece la naturaleza, en todo sentimiento positivo y que necesitemos para nuestro bienestar. Consideramos que el dinero es la abundancia y no, eso es solo una pequeña parte que facilita tener cosas y cubrir necesidades, puedo decir que para ese tema hay una palabra más específica: riqueza.
Todo lo contrario, a la abundancia es la pobreza, sigue siendo un estado del ser, sin embargo, es estar incompleto, carecer de lo que se quiere. Creo que de ahí vienen las frases de las abuelas en las cuales afirman “hay personas que lo tienen todo y son pobres, otras que no tienen nada y son ricas.”
Ser abundante necesita de varias acciones, no estoy diciendo que sea sencillo o que mágicamente tu vida va a cambiar mañana. En el mundo espiritual, todo es de constancia, la disciplina nos permite llegar a nuestra meta.
La primera acción es entender que todos somos uno: somos conexión. Todas las personas en el mundo tenemos acceso exactamente a lo mismo, cuando entendemos que somos un gran sistema no hay espacio para la escasez, solo para la grandeza. Sé que pensaras en las personas con pobreza; sonará duro, pero te diré que ellos en algún momento se desconectaron de ese gran núcleo común, no reclamaron lo que les pertenece u olvidaron alguna de las cosas que mencionaré a continuación y por eso entraron en ese estado y en espacios no abundantes, otros se sienten abundantes ahí, recuerda que es un estado del ser.
La segunda acción es ser feliz por lo que tienen los demás, no sentir envidia. Si todos somos uno y somos felices por lo que el otro tiene atraeremos más abundancia a nuestra vida, es importante sentir esa alegría desde el corazón y el pensamiento, no fingirla. Es algo así como el sentimiento que tenemos cuando a nuestro mejor amigo le pasa algo increíble, de verdad nos alegramos por eso, lo sentimos como propio.
La tercera acción es dar con amor. Recordemos que el amor es la fuerza más fuerte del mundo, entre más generosos seamos con nosotros mismos y con los demás más atraeremos. Nunca des con dolor, no seas tacaño. Dar es la mejor forma de cosechar para recibir, aclaro, dar de manera desinteresada y cuando tengas la posibilidad.
La cuarta acción es agradecer. Para mi es la más importante. La gratitud nos atrae cosas mágicas, nos da calma y alegría. Entre más gratitud haya, más abundancia se atrae, se abren puertas, se deja huella. Te lo dice alguien que hace un año era casi incapaz de decir “por favor” y “gracias”, ahora es una palabra muy común en mí. Además de que todas las noches le doy gracias a Dios por absolutamente todo, bueno o malo.
La quinta es para mí la acción más difícil: deshacernos de lo viejo. Sacar lo que ya ha cumplido su tiempo nos permite abrirle espacio a lo nuevo. Pero, solemos apegarnos a cosas, personas, momentos. Para mí, por ejemplo, es muy difícil sacar ropa; tengo tres closets y algunos cajones y cajas regadas por mi casa para que me quepa todo, hay cosas que no uso hace años y no me cabe una prenda más, pero soy incapaz de dejar ir, siento que en algún momento la utilizaré y me duele el simple hecho de que me digan por teléfono que saque ropa. Sin embargo, cada vez que me he animado a dejar ir, aunque sea 5 prendas me han llegado un montón más. Así funciona la vida, cuando nos apegamos mandamos al universo el mensaje de que lo que tenemos es suficiente, no merecemos nada más y rechazamos la abundancia.  Es necesario tener espacio para que lo nuevo llegue.
Nuestra sexta acción incluye tres cosas, creer realmente (desde el corazón) en lo que pedimos, sentir que lo merecemos y reclamarlo, porque como ya dije la abundancia es nuestro derecho natural, pero tenemos que reclamarlo. Si no lo hacemos el universo puede entender que estamos perfectos con lo que tenemos, que no queremos nada más o que no nos sentimos merecedores de más.
Solemos desconocer el poder de nuestra mente y atraemos lo que no queremos pues son los pensamientos que tenemos. “Me falta esto, no tengo aquello, estoy sin, no hay…” Cuando nos desesperamos por lo que no tenemos, al universo solo le llega el mensaje de dejar eso lejos. Para pedir hay que estar tranquilo y hacerlo con amor, suena más sencillo de lo que es, pero ten presente que solo nosotros somos capaces de gobernar nuestra mente. Saber guiar nuestros pensamientos nos lleva a co-crear una realidad más abundante y acorde a lo que siempre soñamos. Aprendamos a pensar de forma positiva.
Sé que varias de las personas que me leen se han parado al espejo a darse amor, tal como lo sugerí en una de mis anteriores entradas, he sentido y visto cómo cambia su vida, su estado de ánimo y su imagen propia. Soy feliz por eso. Por eso hoy quiero compartir contigo un decreto, no tienes que decirlo exactamente igual, siéntelo y dilo como creas que es conveniente lo importante es      que el mensaje llegue al universo.  “Soy abundancia, tengo el corazón y los brazos abiertos para recibir la abundancia ilimitada del mundo.”
Namaste

 

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