Sexualidad

El sexo es mucho más que venirse

¿Has tenido sexo consciente? Quiero que esta pregunta te la respondas cundo termines de leernos.

Conocernos a nosotros y despertar nuestra espiritualidad, trae como resultado un aumento de energía sexual bastante significativo ya que cada persona comienza a potenciar y a elevar su energía. Dentro de esto está la energía sexual, la cual es una de las energías más fuertes. Trabajada de la forma correcta nos permite transformar muchas cosas en nuestra vida.

Acá es muy importante entender que el sexo animal no nos permite esto pues nunca se busca que la energía suba y se convierta en un acto de apertura y entrega (propia y al otro). La mayoría de las veces permitimos que la energía baje, la desperdiciamos y le ponemos toda la fuerza a nuestros genitales. Entender el “poder” de la sexualidad, hace que convirtamos esta práctica en una herramienta de crecimiento, de trasmutación y abandonemos los patrones de perdida de energía que solemos manejar.

En nuestra sociedad moderna, el sexo es deporte, inclusive nos recuerdan la cantidad de calorías que se pueden quemar y los beneficios que esto tiene para nuestro cuerpo. El sexo puede ser eso, pero esa es una insignificante parte al lado de lo que es en conjunto y de lo que queremos que entiendas hoy.

El sexo animal, me atrevería a decir que el sexo occidental ha establecido un patrón de conducta, en el cual los movimientos son parecidos, las posiciones también, y lo que hacemos es tener movimientos pélvicos que estimulen nuestros órganos sexuales (ojo, acá estamos hablando planamente de lo constituye el acto sexual y no de la previa), estamos tan encasillados en “una forma correcta” de tener relaciones que dejamos de lado el sentir, permitimos que la emoción de nuestros genitales nos ganen y entramos en una lógica de ritmos rápidos, cambios de posiciones, cumplir fantasías y todo volando como si el sexo no necesitara de un tiempo propio.

Tenemos una obsesión con alcanzar el climax (el tan conocido “me voy a venir”) y de cumplir fantasías. Estar pensando en eso todo el tiempo hace que nos olvidemos de nuestro potencial sexual y del verdadero disfrute. Me dirás: “yo disfruto eso”, “tengo buen sexo”, “soy bueno(a) en la cama”. Te voy a contar que cuando tengas sexo consciente el sexo animal te dejara un “algo me falta” o “podría haber sido mejor”.

Básicamente el algo me falta o podría haber sido mejor, viene de la posibilidad a la que te abres con el sexo consciente, es la posibilidad de abrirse al otro completamente, dejar volar la imaginación, darle tiempo a lo que necesita tiempo, entender el ritmo de la relación sexual y de la respiración como un tema clave.

En el sexo animal, el ritmo de la respiración y el movimiento suele ser muy rápidos, inclusive el impulso de la excitación hace que nosotros esperemos que nuestra pareja se mueva de forma más acelerada mientras nosotros hacemos lo mismo, nuestra respiración y ritmo cardiaco va corriendo tal cual como si estuviéramos en una maratón. Por otro lado, el sexo consciente no tiene eso, pueden existir intervalos de movimiento rápido por la sensación, pero la mayoría del tiempo los movimientos son delicados, el ritmo de la respiración se encarga de marcar el tempo de la relación sexual. La respiración lenta, relajada y profunda logra una conexión de las almas, que a mi parecer es más importante que la de los cuerpos.

Sonará curioso, pero lo que hacemos es permitir que la relación respire, que la creatividad aflore. Darse completamente al otro no tiene que ser de afán, el sexo es un ritual tan delicado que no se necesita que al minuto el pene este erecto, ni al segundo la vagina humedecida para poder compenetrarse. En el sexo consciente la previa es muy importante, porque vas a comenzar a crear conexión con la otra persona. Recuerdo que en una nota pasada te hablamos de los hilos que se crean entre ambos, cuando tenemos sexo animal se crean sin siquiera sentirlos; el sexo con completa entrega disfruta cada uno de esos lazos que se están creando, siente la energía que está pasando de lado a lado.

Admirar al otro es importante, y es un arte que se ha perdido en el seco occidental, porque también nos crearon la conducta de “cerrar los ojos” por alguna razón desde que damos nuestro primer beso nos enseñan que hay que cerrar los ojos. Esto tiene dos partes, la primera es que apagar tu vista te permite concentrarte en lo que sientes, la segunda es que mantener los ojos cerrados no te permite admirar la persona que está contigo y lo que está sucediendo, así que esto también debería ser alterno, no te preocupes mirar a tu pareja no es malo, admira su cuerpo, sin líneas, su figura; para eso es la desnudez.

Te vamos a contar un apunte curioso, por si eres de esos que ama tener sexo todo el día. Acá seré muy sincera, creo que a todos nos ha pasado que entender la relación sexual como un momento que termina cuando el otro eyacula ha hecho que en la mente tengamos el “¿ya va a terminar?” Sin embargo, en el sexo consciente esto no sucede, porque primero estas en conexión pura, segundo hay una fusión tan fuerte que van en un mismo proceso, es decir es simultaneo. El sexo consciente requiere de su propio espacio y tiempo así que “el rapidín” no va. Porque lo importante está en el disfrute, no en el afán o en el alguien va a llegar, o ya me tengo que ir.

El sexo se convierte en un ritual que puede durar todo el día, en el que ambos recargan su energía con frutas, agua inclusive una copa de vino. Y como recargas tu energía puedes seguir en el proceso y no tienes un momento de éxtasis y luego un declive que te deja durmiendo, proporcional a toda la energía que perdiste. Acá la energía no se suele perder, en especial cuando la pareja aprende a manejar la eyaculación, no es necesario venirse, eso es una conducta que nos crearon.

Maneras de tener relaciones sexuales consciente muchas, desde actos tan simples como permitirme el sentir con todo mi ser, hasta practicar rituales que suelen ser de la cultura oriental, esto hará que tengas una conexión más profunda e intensa, porque no hay meta como en el sexo animal, acá es un tiempo solo del disfrute, y una oportunidad para sanar si así lo deciden.

Estar con otra persona es un regalo, tuyo y de él o ella, así que hónralo y dignifica tu sexualidad, no tengas miedo porque sea una nueva manera, alguna vez alguien me dijo “es que venirme es la cereza del pastel”. No, venirse no es nada al lado de una buena previa y sexo donde se alcanza a sentir la energía ligada a cada movimiento, el flujo de aire, como se mezclan y lo que esta fuerza logra en cada cuerpo. El sexo es mucho más que venirse.

 

Ahora sí quiero que te respondas la pregunta con la que comenzamos esta entrada.

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