¡No más miedo!
El mundo lo mueven dos fuerzas: el amor y el miedo. Te invito a que caminemos juntos por el amor”, es la frase que explica mi propósito con este blog; para poder estar alineados con el amor tenemos que identificar el miedo, así que ahora hablaremos de esa segunda fuerza en la que no deberíamos caminar.
El miedo es una emoción difusa, suele venir acompañada de otros sentimientos negativos que nos debilitan física, mental y espiritualmente. Esta fuerza lo única que logra en nosotros es crear obstáculos para nuestro desarrollo, pues muchas veces nos acostumbramos a vivir en ese estado, entramos en nuestra zona de confort y nos bloqueamos o saboteamos a nosotros mismos.
Tener un camino de crecimiento espiritual implica desarrollarnos en varios estados, al comienzo será un tema solo de disciplina, pero a medida que avanzas y tu espíritu crece comenzaras a vivir etapas que solo son propias del miedo y nuestra imposibilidad de tener el control absoluto.
La primera etapa es mental. Comenzamos a tener dudas, somos un poco escépticos y vivimos en dilemas; nos preguntamos si creer o no, si eso si eso es posible, si será cierto…, si se lo estará inventando, entra muchas otras cosas. Desafiamos todas las leyes físicas y nos volvemos unos expertos en buscar mil razones para no creer, cuando en nuestra búsqueda aparecen indicios para creer los cerramos y huimos.
Nos acostumbramos a vivir en una etapa en la que permitimos que el miedo sea nuestro mayor consejero y comenzamos a hacer acciones que nos perjudican a nosotros y al resto. En nuestros miedos mentales se encuentran las siguientes ideas que todos hemos tenido alguna vez:




Estos miedos suelen tener asociados comportamientos y sentimientos bajos, pero cuando decidimos enfrentarlos y trabajar para eliminarlos pasamos a la segunda etapa: los miedos espirituales, que terminan alimentando el miedo mental a lo desconocido, extrasensorial y el futuro.
Acá te da miedo el no poder controlar tu espíritu, el no poder entender todos los resultados. El mundo espiritual va más allá de lo físico y no poder ver las cosas o saber cómo explicarlas hace que nos sintamos impotentes.
Avanzar a nivel espiritual significa liberar a nuestro verdadero individuo de la mente, para así trabajar en nuestro verdadero propósito y poder interior. Sin embargo, el despertar espiritual implica comenzar a vivir cosas que solo con constancia se podrán manejar, pero cuando llegan esas nuevas experiencias solemos caer en el miedo porque inconscientemente hacemos cosas que no esperamos.
Sé que esto suena un poco abstracto así que les contaré algo que me pasó esta semana y entré en crisis, me dio temor seguir caminando el mundo espiritual, comencé a alimentar el último miedo mental. Abrí campos de cosas que no controlo, me afectan más cosas que las personas apuras penas notan, tengo problemas de sueño y si logro dormir me levanto con dolor en cada fracción de mi cuerpo como si me hubiesen pegado toda la noche. La primera vez que sucedió pensé bueno fue una mala noche, después de un mes y medio comencé a entender que pasaba cuando me acostaba y porque eran todos estos síntomas.

Noté que ese miedo me estaba desgastando físicamente porque vivía cansada, agotada, con dolores, comencé a vibrar más bajo; así no podía trabajar para cumplir mi propósito, mi cuerpo comenzaba a sufrir, inclusive las personas comenzaban a notar cómo me debilitaba. Mi mente estaba mal aconsejada, era inútil lo que estaba haciendo, porque en algún momento tendría que volver a dormir y era posible que viajara de nuevo; no había sucedido, pero yo estaba pensando en lo que podría pasar, me estaba atormentando por algo que en el algún momento aprendería a controlar, solo me faltaba práctica. Estaba dejando que el miedo me gobernara a tal punto de pensar que todo lo estaba haciendo mal, dudé de mí misma y pensé en hacer un alto.
Pero, como el amor todo lo puede, decidí reconocer mi miedo, entregarme a Dios, tomarlo con calma y comenzar a trabajar para que el miedo no se apoderara de mí y yo aprendiera a valorar vivir multidimensionalmente.
Hoy te invito a que después de identificar tus miedos mentales, o espirituales si ya los estás viviendo; los reconozcas, comiences a trabajar para que ellos se vayan. Me imagino que te estarás preguntando ¿cómo trabajo en mis miedos?, ¿recuerdas que te hablé de los abrazos? Pues lo primero después de reconocerlos es abrazarlos para cambiar su vibración y llenarlos de amor; por nada del mundo desistas, cree en ti mismo, recuerda que todo lo que venga con amor es bueno y estará lleno de luz, cuando lleguen a ti esos pensamientos que indican miedo decreta amor, luz, abundancia y mucha sabiduría; así alejarás la frecuencia vibratoria baja y lo enfrentaras, más o menos le estarás diciendo al miedo que no le tienes miedo.
No permitamos que el miedo se apodere de nosotros, no nos alejemos de la vibración natural del amor.
Namaste.
2 Comentarios
Natalia
Hermoso!! Hace unos años he comenzado a recorrer mi cambio , aun sigo trabajando!Hermoso lo que compartis!!🌹👏
Julie Reina Bogotá
nos alegra mucho, gracias por leernos y espero sigas disfrutando tu proceso de cambio.