Rescatemos nuestro niño interior

Cuando éramos pequeños, en edad, la vida era un tanto diferente: no existían las preocupaciones, nuestras pataletas o berrinches duraban cerca de 5 minutos y se nos olvidaban, creíamos que todo era un juego y pocas cosas nos causaban miedo.  Éramos puros, libres y el amor era nuestro pilar.

Los años comenzaron a pasar y fue así como cada número que aumentaba en nuestra vela de cumpleaños se encargaba de atormentarnos la vida. En algún momento ya no todo era un juego, era tiempo de “madurar”; las pataletas nos duraban horas o días, incluso lograba que muchas personas partieran de nuestra vida. Todos los días nos preocupábamos por lo que iba a pasar, el futuro nos afanaba más que el presente.

Entonces los años nos trajeron responsabilidades y olvidamos nuestra esencia o creímos que la logramos modificar, nos alejamos del amor y entramos en la lógica de ser adultos. Creemos firmemente que avanzar en nuestro ciclo vital es sinónimo de aferrarnos a lo material, y que el dinero va a solucionar todo tipo de vacío que lleguemos a tener.

Ahora te voy a contar un secreto, de un tema que estoy segura que hablaremos en un futuro, no muy lejano. El dinero llega a ti, cuando entiendas y vivas convencido que es solo un medio, no es bueno y no es malo, es neutro, él responde a lo más profundo que tengas en tu corazón.

Pero no solo entramos en la lógica del dinero lo es todo y todo lo puede; también confundimos lo que significa el amor, nos abandonamos a nosotros mismos para permitirle a un externo que nos brinde la sensación de estar completos. Perdemos la capacidad de asombro y normalizamos las actividades del día, pocas cosas logran darnos felicidad.  En este momento quiero que pienses en la última vez que fuiste feliz, con felicidad no aludo a ese momento de euforia donde no paras de reír, hago referencia a ese instante donde estás bien, estás en paz, armonía y la alegría sale de lo más profundo de tu ser.

Si fue hace poco ¡te felicito!, si fue hace mucho te recuerdo que tienes un  niño adentro, así que tienes la capacidad natural de ser feliz siempre, porque eres único, no te debe importar lo que las personas piensen o como se supone que debe ser el mundo, ten la inocencia para sorprenderte y para cada segundo entenderlo como un instante perfecto.

Abandonemos todos los prejuicios que tenemos, no permitamos que nuestro ego juzgue al que es diferente. Reencontrémonos con nuestra capacidad de vivir en amor y felicidad.

Muchas veces nuestro niño interior nos habla y no lo escuchamos, nos grita y lo ignoramos, entramos en un mundo que inclusive no entendemos y nos descuidamos a nosotros mismos. Reencuéntrate, un niño es la esencia más pura y menos perturbada, es libertad, amor, sueños, es experimentar el mundo con otros ojos.

¿Hace cuánto no te encuentras contigo mismo?, ¿recuerdas cómo eras cuando niño?, ¿cuáles eran tus sueños?, ¿hoy estas materializando lo que siempre quisiste?

Te dejo para que lo pienses y nunca olvides que así tú lo abandones él no se irá y en cualquier momento puedes recurrir a él para vivir plenamente.