Eventos astrológicos

Somos naturaleza

Sé que pocas personas tienen claro qué es un equinoccio, en palabras muy sencillas es una fecha en el que el día y la noche son igual de largos, o la diferencia es muy mínima, es decir hay equilibrio entre la luz y la oscuridad. Desde pequeños nos enseñan que el día cuenta con 24 horas repartidas en dos fracciones de 12 horas, sin embargo nuestro reloj astral no funciona exactamente así.
Leer lo  qué es un equinoccio no suena tan sorprendente como vivirlo. Supongo que estás pensando que ha sido un día normal o has realizado las mismas actividades a las que ya estás acostumbrado. Pero,  no debería ser así, hoy es un día para entrar en equilibrio con la naturaleza, conectarse con ella, y más con la situación que el planeta está viviendo.
La tierra ha estado un proceso de movimiento muy fuerte, no es solo es físico como lo vemos en las noticias, fotos, redes sociales, escuchamos en algún medio, o sentimos.  Nuestro planeta también se encarga de mover la energía.
La tierra nos está sacudiendo de todas las formas que puede para que cambiemos, con esto no me refiero solo a cambiar nuestros hábitos de consumo y tener un comportamiento más responsable con el medio ambiente, sin dejarlo de lado; apelo a los pensamientos y conversaciones internas que tienes todos los días, aun  cuando nadie te escucha. Esas ideas en las que te hieres o juzgas muy duro, esos momentos de ira, de melancolía, de tristeza, pensamientos agresivos o negativos hacia el otro… todo lo que te lleve a caminar en la fuerza del miedo.
Dirás: ¿por qué esos pensamientos afectarían? La respuesta no la enseñaron en primaria y es que la energía (materia)  no se crea, ni se destruye, solo se transforma. Así que imagínate qué pasa con el millón de pensamientos negativos que cada persona tiene a diario, en qué los estamos transformando, en qué nos estamos convirtiendo y qué se está volviendo nuestra casa.
Nuestro planeta nos está pidiendo ayuda, nos está cuestionando sobre lo que somos y nuestro papel en ella. Así que aprovechemos este equinoccio y lo que nos brinda, para cosechar cosas positivas, para transformar completamente y para liberarnos.
Los invito a que en esta fecha tan especial hagamos varias cosas, aportemos a la tierra y entendamos que somos naturaleza.
La primera es que soltemos todo lo que realmente no nos pertenece, dejemos esos sentimientos tan negativos que opacan el amor y dejan que el miedo reine. Piensa en las hojas características del otoño,  cómo caen y fluyen. Eso es parte de nuestra naturaleza. Agradece por lo que sucedió y déjalo ir. Si dejas lo que ya no pertenece abrirás espacio para cosas nuevas.
Hace unos días leía una historia en la que un maestro le brindaba té a un aprendiz y comenzaba a llenar su pocillo, llegó un momento en que el recipiente no daba para tener más líquido, sin embargo el maestro continuo sirviendo. El aprendiz conmocionado indicó al maestro lo sucedido. Con té en el piso el maestro realizó una analogía con todas las personas. Si estamos llenos todo lo que llegue se desbordará, en cambio sí vaciamos lo que ya no nos sirve tendremos espacio para nuevas cosas.  (Roots and Wings)
La segunda es conectarte con la tierra, de la forma en que lo sientas y desde el fondo de tu corazón. Medita, ve a un parque, haz una excursión, camina en el pasto descalzo, abraza un árbol, recoge piedras, sal y respira fuerte… lo que sientas te conecte con tu esencia y el lugar donde habitas. Por un momento inhala la paz que te brinda la naturaleza a pesar de todo lo que nosotros le damos; escucha tu niño interior, ese que ama el parque y llenarse de barro.
Por último te invito a agradecer, reconócele a la naturaleza su labor, entiende que de allá venimos y para allá vamos. Muestra aprecio a nuestra casa común, con los espacios que nos brinda a diario,  a las personas, los animales.
Agradece, siempre agradece.

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