«Creo, pero no tanto»
A todos nos pasa que en la mayoría de las cosas las creemos en un porcentaje y las dudamos en otro, algunas el porcentaje es del 100% y otras del 0%. Los porcentajes los asignamos nosotros según millones de cosas que tenemos en la cabeza.
Primero queremos hablarte de qué es creer y qué puede pasar si crees, de ahí para adelante te lo traeremos a tú vida diaria con la firme intención de que comiences a creer en algo mucho más grande que tú y en ti.
Comencemos con que creer está plenamente relacionado con la fe, la posibilidad de considerar que algo es o no es, sin poder demostrarlo físicamente. Queremos contarte que cuando tú decides creer comienzas a tener esas pruebas que antes no tenías, puedes decir con certeza que algo pasa, pero para llegar allá tienes que estar 100% convencido, en mente, en cuerpo, en alma y en espíritu.
Nuestro problema con la palabra creer comienza desde adentro, en este momento queremos que pienses si crees en ti, en tus capacidades, en tus posibilidades, en tus dones, en tus talentos, en tus sentimientos, en tus acciones. O si hasta el día de hoy no te lo habías preguntado, y te acabas de dar cuenta que no pasa.
Los coach suelen decir que la principal clave del éxito es creer en ti. Nosotros estamos de acuerdo en que es una de las principales; creer no es fácil, porque estamos tan acostumbrados a tener pruebas de las cosas de nuestro alrededor que todo aquello que no este en esa lista lo descartamos. Es ilógico, porque no existe ningún método que te pueda decir completamente lo que eres por dentro, y entonces desde pequeños nos enseñan a desconfiar de nosotros, lo que hace que comencemos a llenarnos de un montón de obstáculos para sabotearnos y no lograr nuestros objetivos. Y de ahí comienzan a salir un montón de temas: la autoestima, el reconocimiento, la inspiración, la inconformidad, etc. Creer no es un tema superficial, es un tema profundo y yo me atrevería a decir que es el más profundo.
La vida está llena de actos de creer, de actos de fe. Es como cuando te presentas a un nuevo trabajo, ellos creen lo que tú les dices y lo que tu hoja de vida dice. No saben si es verdad que tienes esas capacidades y habilidades, pero te dan la oportunidad de demostrarlo. Además, si crees en lo que ves en las noticias porque sufrimos del “ver para creer” pues cree, ahí te pueden hacer un montaje, en tu vida y en lo que te pasa a ti no.
Te vamos a proponer que hoy comiences dos actos de fe, el primero en ti y el segundo en algo superior a ti, en mi caso la llamo Dios. Cuando crees algo cambia en ti, cuando crees de verdad, esas pruebas que pediste porque te creías en la capacidad de retar a Dios, y siempre decías “es que él no me lo concedió”, comienzan a tener sentido, te das cuenta de que no debes retarlo, no somos nadie para hacer eso, y sobre todo comienzan a llegarte pruebas sin que tú las pidas.

Creer debe ser un acto maduro. A menudo personas me preguntan sobre qué vemos en su futuro, que les veamos la mano o les tiremos las cartas y este el momento donde veo representado el “creo, pero no tanto”. En lo que nos conviene, en lo que queremos escuchar lo aceptamos y con fuerza trabajamos por ello; lo que no nos gusta, lo vemos como un error, un ¿estás segura de que ves eso? O mejor aún cuando llegan esos curiosos que quieren ver a ver que les sale, pero no lo hacen con convicción. Entonces dicen no creer en algo más grande, pero esto es solo curiosidad, lo más curioso es que acuden ti para ver qué más les trae el futuro. Y no, si tú preguntas algo es porque crees que te lo pueden responder. Entonces, dicen “yo creo en los ángeles, pero no tanto”, “yo creo en algo, pero no puedo bautizarlo”, “yo creo en la sanación, pero eso no me pasa a mí” y cada afirmación tiene un pero. Te creas tantos peros en la vida que no crees en verdad y no fluye, obviamente esto como todo, solemos verlo a flote en momentos de crisis, de resto como todo sale bien no nos preocupamos.
Hoy abriré mi corazón a ustedes, les diré que por mucho tiempo yo no creí: ni en Dios, ni en mí. Hoy después de muchas cosas, creo en mí, en lo que soy capaz de hacer, en lo que puedo darle al mundo, en lo que soy verdaderamente y sobre todo creo en Dios, entendí que él siempre está que soy Dios es acción y que es gracias a él y por él que sé que vine a hacer a este mundo.
Con el corazón en la mano te digo “abandona todos esos patrones que solo te destruyen, vive más liviano, cree en ti, cree en Dios y en su plan perfecto”. Si en este momento no tienes fe, no te afanes, el primer paso es decidir cambiar eso, de ahí para adelante la vida te mostrará el camino para que la recuperes. Quítate esas mascaras donde le muestras a todo el mundo que crees en ti y por dentro solo te destruyes porque no sabes cómo cumplir esa imagen que creaste.
Amamos escribir, así que hoy te vamos a pedir el favor de que te escribas una carta con lo que crees 100% de ti, no te des palo, llénate de amor. Este será el primer paso para cambiar tu vida.
Hoy escribir esto fue un placer más grande que siempre.
Namaste.
4 Comentarios
Hugo Rojas Motta
Excelente mensaje. Has dicho una grandísima verdad. Dios te siga iluminando para seguir desarrollando ese “Don”.
Feliz día. Un abrazob
admin
Mil, mil gracias
Veronica Norberta Castillo Diaz
Muy bueno este post.
Una vez uno de mis jefes me dio un consejo para el trabajo pero irónicamente y gracias a Dios me sirvió para aplicarlo en mi vida y fue «NO SUPONGAS», creo que desde que nacemos comenzamos a suponer creyendo que así nos salvaremos de dolor, rechazo y otras cosas y lo que realmente es que dejamos de vivir y experimentar. Ese consejo que su intención fue netamente laboral me ayudo mucho y recuerdo que deje de suponer, excusarme y denigrarme y comencé amar, actuar y tener fe. Lo primero que hice fue dejar ese trabajo y buscar mi propósito de vida.
Saludos, Naciste para BRILLAR. Dios te Bendiga
Isabella
No te imaginas lo feliz que me pone que personas como tú me lean. Gracias por abrir tu corazón y contarme, por tomarte el tiempo para leer y sobre todo por aplicar las cosas que han llegado a tu vida.
Que así sea y Dios te siga colmando de bendiciones.