Sexualidad

Sexo sí, pero responsable

“Mi cuerpo es mi templo, tú cuerpo es el tuyo”,
La verdad es que siempre me ha molestado que mi mamá se meta con mi sexualidad, no es de esperar menos, estoy segura que a todos nos incomoda que intervengan en ese aspecto específico de nuestra privacidad.
Siempre me aguante la cantaleta de “virgen hasta el matrimonio”, “uno no debe tener varias parejas sexuales”, “respétese” y demás frases de cajón; a todas respondí en algún momento de manera reactiva.
Hoy es un tanto diferente, la frase con la que comencé esta nota me la dijo uno de mis guías en el camino espiritual. Después de que los otros me habían advertido de la importancia de una relación sexual, yo acorde a mi edad, a lo que estamos acostumbrados  a vivir y, tal vez al intentar ver el mundo de una manera diferente, ignore algunas cosas pues las considere de la prehistoria.
Puedo decir que a la fecha no he sido una loca con el tema, en realidad he tenido un comportamiento muy prudente, sin embargo, ahora entiendo que tal vez mi mamá no manejaba los conceptos que acá les descargaré pero tenía razón. Seguramente, yo necesitaba pasar por diferentes situaciones para entender lo que implicaba tener una relación sexual y pueda hablarles con conocimiento de causa.
Tener una relación sexual es un acto que se ha naturalizado,  pues, ¿a quién no le gusta ese placer?, sin embargo el sexo va mucho más allá de un buen rato. Cuando decidimos estar con otra persona movemos una cantidad de energía impresionante; decidimos crear lazos invisibles, como hilos  capaces de entrelazar cada uno de nuestros chakras con los de la otra persona.  Es decir compartimos información, energía; trasmitimos sentimientos, pensamientos, acciones, obstáculos, deudas, karma; dejamos de ser dos y nos convertimos en uno.
Se preguntaran ¿por qué? Cuando tenemos sexo nuestra aura baja la guardia y  se mezcla con la de la otra persona permitiendo que haya un intercambio de todo aquello que somos, bueno o malo. Alineamos nuestros chakras con los de la otra persona y comenzamos a compartir mucho más que la cama. Tener relaciones es una de las conexiones más poderosas, así pienses que es para el ratico, el cuento de una noche, que no se va a repetir o son solo ganas. La energía no funciona como nuestra mente,  el cuerpo y el espíritu tendrán su comportamiento natural, no hay nada de ratico, ni solo para la noche; la verdad es que a menos que seas una persona muy juiciosa energéticamente, es una decisión para la vida.
Entonces, siempre que tienes relaciones sexuales creas un vínculo. Entre más sexo se tenga, más se desarrollará la conexión; es por esto que se debería hacer el amor y sí se debe tener solo una pareja sexual, pues si estas con aquella persona que amas, con quien quieres pasar el resto de tu vida querrás compartir lo bueno y lo malo, pero ¿estarías dispuesto a cargar lo malo de alguien más solo por una noche de acción?
Ahora imagínate en el peor de los casos que tu pareja no sea “limpia” y ande de cama en cama, todo lo que ha recogido en otras personas terminará en ti y así comenzarás a cargar con cosas que realmente no le pertenecen a tu cuerpo, no son la naturaleza de tu espíritu. Algunas veces no entenderás cuál es la razón para que ciertas cosas te pasen, para que comiences a tener ciertos comportamientos; aunque no lo has cosechado si lo has recibido, pues decidiste mezclarte con una persona que te descargaría todo eso.
Tu intercambio puede ser positivo o negativo, depende de la persona con la que estés, y las personas con las que él o ella hayan estado.  Me acuerdo que cuando pequeña amaba ver una película (Just my luck) en la cual los protagonistas intercambian su suerte al besarse, algo así funciona el sexo.
Uno de los mayores placeres de un hombre es eyacular, las mujeres somos un tanto diferentes al respecto. Sin embargo, también llegamos a ese punto, sin ser conscientes de lo que realmente estamos permitiendo. El climax es el encargado de crear lazos; además de autorizar un intercambio energético,  otorga  a nuestro espíritu una conexión  con el otro por 7 años o de por vida (por lo menos hasta limpiarnos energéticamente).
Cuando a mí me contaron esto dije “obvio no, yo ya terminé con esa persona”. Uno de mis guías solo me mando un emoticón de risa. En este momento entiendo su risa, pues terminar en un plano físico no significa cortar hilos en un plano energético, muchas veces estos campos que dejamos abiertos se convierten en apegos que dificultan el decir un adiós verdadero. Cortar en un plano físico no implica que dejes de cargar con lo que ya recogiste.
Así que piensa realmente con quién te estás acostando, qué quieres para tu vida. Límpiate, quiérete, no te lo digo como mamá, te lo digo como una amiga que entendió que efectivamente el cuerpo es el templo de cada uno y en cada uno de nosotros esta la responsabilidad de cuidarnos  y recoger solo lo que queremos.
No te estoy diciendo que no vuélvas a tener relaciones, si quieres hazlo pero fíjate a quien tienes al lado y límpiate, siempre límpiate.
Namaste.

 

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