Música

La música nos mueve

Siempre estamos rodeamos de música, sin darnos cuenta ella nos ayuda a vibrar más bonito, nos muestra cómo estamos, nos guía; es un medio que trabaja con la frecuencia de nuestro espíritu y nos ayuda a llegar a otros niveles de conciencia.
Vamos a hacer un de adentro hacia fuera musical:
Primero está nuestra música interior y es la que solemos dejar de lado. Todos nuestros órganos laten, vibran, suenan de una forma única y natural. Si estamos sanos vibran diferente a cuando tenemos alguna enfermedad. Rara vez nos escuchamos a nosotros mismos, los únicos sonidos que reconocemos de forma natural son: el del corazón con cada palpitar, y el rugir del estómago. Sin embargo, ese es solo uno de los muchos sonidos de esos órganos. Digamos que en cada espacio de nosotros tenemos una sinfonía diferente y sus matices significan algo. Funciona tal cual un grupo musical donde todo está fríamente calculado; tiene un tiempo, un tono, una vibración, una armonía.
Así que mi primera invitación del día es a que comiences a conocer tus sonidos, lentamente diferenciaras e identificaras lo que cada órgano te dice así podrás llegar a convertirte en tu propio indicador de qué está bien y qué está mal.
La segunda parte es la música ambiente, cómo suena la ciudad, el campo, nuestra oficina, el bus, el Transmilenio, nuestro cuarto. Son estímulos que ya naturalizamos, por lo cual casi no identificamos los efectos que tiene en nosotros y no aprovechamos sus propiedades o evitamos los inconvenientes que nos pueda causar.
Los sonidos de la naturaleza, los pájaros, la lluvia, etc. suelen ser los mejores espacios para reencontrarnos con nuestro verdadero ser. Los espacios un poco más bullosos suelen alterar nuestra vibración natural, por eso nos perturban los trancones con pitos, sonidos de carros arrancando y frenando; son sonidos muy bruscos que logran modificar el flujo natural de nuestro sistema nervioso.
Mi segunda invitación es a que aproveches los sonidos ambiente los cuales le ayudarán a tu mente a vibrar de formas tranquilas y te conectarás con la naturaleza. Esto ayudará a tu cuerpo, a tu espíritu y a tus resultados diarios.
La tercera parte es lo que decidimos escuchar: nuestras bandas y artistas favoritos.  Pensemos en todas las canciones que nos han dicho que tienen mensajes subliminales. Pero no son solo esas, todas tienen mensajes subliminales y sin que tú lo notes están configurando la manera en la que vibras.
Escuchar música es de las pocas actividades que usa todo, absolutamente todo, nuestro cerebro, es como un gimnasio donde las ondas obligan a cada parte a trabajar, logrando que nuestro cerebro busque un equilibrio entre lo físico y lo mental, además de alimentar el espíritu. Por eso sentimos lo que escuchamos.
De acuerdo a las vibraciones de cada canción se envía una frecuencia nuestro cerebro el cual se encarga de manejar nuestras emociones, logrando que algunas canciones nos den felicidad, otras tristeza, algunas ponen nuestros nervios de punta y así sucesivamente con todas las emociones. Esto debería implicar que nosotros identificáramos qué causa cada canción en nuestro cuerpo y en nuestra mente, de tal forma que la escuchemos en el momento apropiado y dejemos que nuestras emociones también nos ayuden a crecer.
La emoción más fácil de ubicar suele ser la tristeza porque la mayoría escuchamos los mismos artistas, buscamos canciones que alimentan nuestra melancolía y ganas de llorar. Pero ¿sabes qué canciones o artistas te dan felicidad?, ¿cuáles te dan rabia? Imagínate comenzar el día escuchando una canción que hace que tu espíritu se altere y se perturbe, todo el día tendrás emociones fuertes y estarás irritable.
Por ejemplo, cada vez que yo escribo utilizo música para relajar mi ser, esta me permite que todos los mensajes lleguen de la manera correcta, yo esté en un estado de conciencia que me permite canalizarlos y poder escribirlos trasmitiendo la tranquilidad que tengo.
Si ya has meditado piensa en la música con la que sueles hacer meditación su vibración hace

que la frecuencia de tu cuerpo sea diferente: vibras más alto, pero sientes que vas más lento. Todas confluyen en algo: están estimulando tu cerebro y activando muchas reacciones del momento o inclusive del día.
Tengo un amigo que es músico, podríamos catalogar su música como pesada, subirse al carro de él es pasar inmediatamente a un estado de alerta; la música que él hace y escucha tiene vibraciones fuertes, las cuales logran que además de estar alerta todo el día, se altere con facilidad.  Es tanta su afinidad con esa música que nunca noto los efectos que tenía, hasta que alguien le dijo escucha música relajante y comenzó a experimentar vivir de una manera más tranquila, entendiendo que no todo es urgente, hay cosas que pueden esperar. Te cuento esta historia, para hacerte la tercera invitación del día: identifica lo que estas escuchando, ayuda a tu espíritu, busca canciones que te hagan feliz, te den paz, tranquilidad, te hagan VIVIR en AMOR.
Como nos podemos dar cuenta la música está en todos lados, aun cuando creemos que estamos en silencio, va mucho más allá de lo que nos gusta escuchar, la estructura de cada composición tiene una vibración y una frecuencia, sin importar si nuestros oídos la reconocen o no el cerebro siempre la identificará y trabajará en esa misma línea, básicamente con la música le das órdenes a tu cerebro sobre tu cuerpo.
Cuida las ordenes que das, afina tu odio y entiende que la música te mueve.

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