Crecimiento personal

¡Quiero todos los abrazos!

“Por favor no me abraces”, era una de mis frases favoritas. Las personas más cercanas a mi sabían lo mucho que me molestaban los abrazos. Me sentía vulnerable, además de estar completamente en desacuerdo con que alguien entrara en mi burbuja personal. Hoy quiero todos los abrazos, pero todavía me cuesta y solo permito que algunas personas lo hagan de manera física.
La primera vez que fui a una sesión con los ángeles, también le dije a la angeologa que por favor no me abrazara, sin embargo, ella insistió, me pidió permiso para poder darme todo su amor en ese contacto físico. Cedí, en ningún momento me sentí vulnerable, es más, de verdad sentí su amor, todas las cosas lindas que me habían dicho los ángeles las sentía en mi ser.
Ahí comencé a pensar “tal vez no está tan mal permitir que la gente me abrace”, luego ese pensamiento desapareció porque no soy amante del contacto físico. Sin embargo, note que los abrazos son tan fuertes y tienen tanta energía, que no es necesario pegar mi cuerpo a otro.
Uno de mis guías siempre me escribe “abrazo de luz”, para ser sincera antes no lo entendía, me parecía algo muy elaborado. Hoy los amo.
Un abrazo es la expresión de la emoción, en nuestra rutina diaria esto implica un contacto físico con la otra persona, pero en el mundo espiritual no. Un abrazo, entonces, se convierte en dar al otro amor, de forma sincera, pura y profunda. Como ya tenemos claro que todo aquello que se haga con amor siempre hará el bien, alcanzamos a dimensionar la fuerza de un abrazo: nos da alegría, paz, bondad, pureza. El mensaje siempre será positivo si el emisor da sin esperar nada a cambio.
Es un acto de amor tan puro que eleva nuestro espíritu y se encarga de tejer lazos, convirtiéndose en un medio de comunicación sin necesidad de palabras, solo del corazón.  Sin pensarlo o alcanzarlo a digerir estos actos alivian nuestra mente, cuerpo, espíritu y alma.
En nuestro mundo tener expresiones de esta magnitud no resulta sencillo y encontrar personas que estén dispuestas a dar desinteresadamente menos, es la lógica con la que fuimos criados y crecimos, de nosotros depende cambiar y entender la vida de forma diferente.
Así comenzaremos a entender los beneficios de actos tan sutiles como este. Un abrazo es intercambiar con el otro de una manera delicada, un “abrazo de luz” es aquello que nace del espíritu, es el encargado de enviar todo el amor posible, dar desde el corazón y lograr que nuestras vibraciones del ser interior salgan a flote y produzcan iluminación. Algo así como si te llegara un rayo de luz a todo tu cuerpo y todo el día lo tuvieras contigo ayudándote a ver el día más lindo, las plantas más perfectas, el cielo más abundante… respirarás felicidad.
Abrazar te permite expandir tu corazón, equilibrar tu energía femenina y masculina, pero sobre todo te permite entender el lenguaje de nuestra alma.
Cuando estoy triste o tengo crisis mi guía suele decirme “abraza tus sentimientos, agradéceles y déjalos ir”, esa frase también me costó. No entendía porque tenía que abrazar un sentimiento el cual me estaba haciendo daño; en ese momento era como auto consolarme, sentir lastima por lo que pasaba y de verdad lo detestaba. Nunca fue así, no me auto consolé, solo me encargué de cambiar mi frecuencia, de vibrar más alto, de iluminarme. Fui capaz de regalarme amor, de cambiar mi mente, de dirigir mis pensamientos en una forma distinta y así obtener resultados realmente lindos.
Después de muchos «abrazos de luz», asimile que esa energía se mueve en otra dimensión por tanto crecemos a nivel espiritual, nos conectamos un poco más con la madre tierra y avanzamos en conciencia. No importa si no hay un contacto físico porque al fin y al cabo nuestro cuerpo es prestado, esa piel, ojos, huesos, músculos y demás son solo un medio para lograr que crezca nuestro interior.
Dar «abrazos de luz» necesita que trabajes tu espíritu, solo así podrás limpiarte y dar amor puro. Este proceso tampoco será rápido, yo llevo más de un año, y tengo claro que el camino todavía es largo, pero puedo contarles que evolucionar de esta manera es un regalo hermoso y es un acto de conciencia donde mi ser interior comenzó a entender el mundo de una manera diferente.
Quiero que te conectes con tu ser interior y no con los sentimientos que solemos decir que tenemos. Te invito a que hagas un ejercicio de auto observación y conozcas lo que realmente está en ese cuerpo, lo que viniste a hacer al mundo. Ve anotando tus descubrimientos; la mayoría de veces nos desconocemos y no dejamos que hable nuestra alma, sino que permitimos que las costumbres de la sociedad se apropien del cuerpo y la mente.
Cuando te conectas con tu ser, logras descifrar lo que eres, entiendes que tal como se decía en el Rey León eres más de lo que eres ahora, y es hora de tomar tu lugar en el ciclo de la vida. En el momento en que interiorices la lección los abrazos que te envíen realmente te traerán luz, los abrazos que te den (físicamente) los sentirás diferente, los abrazos que tu envíes llenaran de luz a alguien más y alimentaran tu espíritu.

Así que hoy te invito a que te descubras, para que vibres diferente y comiences a repartir amor por el mundo a través de los abrazos.

Un abrazo de luz.

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